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II Jornada de Reflexión: Inteligencia Artificial y Justicia Abierta

II Jornada de Reflexión: Inteligencia Artificial y Justicia Abierta

Laurence Pantin, directora de Juicio Justo y co-coordinadora del Observatorio de la Justicia de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey participó junto con Luis Emilio Jiménez González (Corte Suprema de Justicia de Costa Rica) y Juan Diego Víquez (Dirección de Tecnología del Poder Judicial de Costa Rica) en la II Jornada de Reflexión organizada por la Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Administración de la Justicia (Conamaj) sobre Inteligencia Artificial y Justicia Abierta.

Durante su intervención, la Dra. Pantin subrayó que la justicia abierta y la inteligencia artificial (IA) ya no son opciones a futuro, sino realidades ineludibles. Recordó que la justicia abierta se basa en tres pilares: transparencia, rendición de cuentas y participación social, y que las herramientas digitales, incluidas las de IA, pueden contribuir a fortalecerlos.

Uno de los principales aportes de la IA, explicó, es la capacidad de procesar y analizar grandes volúmenes de información, lo que permite poner a disposición del público datos antes inaccesibles. Ejemplos de ello son los buscadores de sentencias y jurisprudencia impulsados por IA, que no solo facilitan el trabajo de operadores judiciales, sino que también permiten a litigantes, periodistas y organizaciones de la sociedad civil dar seguimiento a la aplicación de criterios, analizar tendencias en materia de derechos o evaluar la consistencia de las resoluciones. No obstante, advirtió que estos sistemas pueden reproducir sesgos según las bases de datos con que se entrenen, por lo que resulta indispensable realizar pruebas y establecer mecanismos de verificación.

La Dra. Pantin también señaló los riesgos asociados al uso privado de la IA: algunos despachos ya emplean algoritmos para predecir los resultados de juicios, lo que puede derivar en la exclusión de casos con bajas probabilidades de éxito o incluso en retrocesos en transparencia, como ocurrió en Francia, donde se eliminó el nombre de jueces en las sentencias para evitar predicciones automatizadas. Por lo tanto, insistió en la necesidad de regular qué tecnologías se utilizan y bajo qué condiciones.

En cuanto a la cultura organizacional, enfatizó que la implementación de estas herramientas suele enfrentar resistencias internas y externas. Por ello, recomendó un enfoque centrado en las personas usuarias durante todas las etapas —diagnóstico, diseño, prototipo, implementación y evaluación—, acompañado de capacitación continua y liderazgo con visión. Recordó que las instituciones deben asegurar departamentos tecnológicos sólidos y presupuestos adecuados, así como involucrar a actores clave de dentro y fuera del sistema judicial: operadores, defensorías, fiscalías, organizaciones de la sociedad civil y colegios de abogados.

Finalmente, advirtió que la democratización de la IA, con plataformas de acceso libre, plantea nuevos retos, pues estas herramientas no siempre están diseñadas para el ámbito judicial y pueden generar resultados erróneos o poner en riesgo datos personales. Cada poder judicial, dijo, debe definir qué tecnologías pueden usarse y garantizar capacitación para su uso responsable.

La Dra. Pantin concluyó que la IA tiene un enorme potencial para fortalecer la justicia abierta, siempre que su desarrollo e implementación se realicen con metodologías centradas en las personas, mecanismos de control contra sesgos y una visión ética que preserve la independencia y la confianza en las instituciones.

Te invitamos a ver el evento completo aquí.